Cuentan los Apus que tras la creación del kay Pacha-mundo terrenal donde los hombres pasan su vida- nació en el Hanan Pacha – mundo de las divinidades- una planta de coca con hojas doradas.
Una noche muchos años después, la misteriosa planta se iluminó con la misma fuerza del Inti glorioso, los dioses y demás divinidades acudieron rápidamente al lugar desconcertados por el poderoso resplandor y observaron como una a una las doradas hojas de la planta caían a la vez que el resplandor se extinguía. Intrigados todos, pidieron a
”En tiempos venideros los hombres crearán nuevos dioses sin vida, que apagarán nuestra alma y la de la humanidad. El orden natural no será mas y nacerá odio por amor, violencia por paz, locura por cordura, muerte por vida y el mundo se creerá despierto aún con el alma dormida” Ante tal noticia los dioses lloraron por muchas semanas causando lluvias torrenciales en todo el mundo; de pronto, el Inti se puso de pie imponente y secando las lagrimas de sus hijos y hermanos dijo “La luz, por mas pequeña que sea siempre será vista en la oscuridad y aún cuando no deseen verla estará allí”.
Dicen que en ese momento cada uno de los dioses arrancó de si mismo un pedazo de su alma para crear un corazón que albergue y proteja al alma original y lo enterraron en la cima de una montaña escondida para el mundo y protegida por los 4 elementos. Desde entonces en cada generación nacen en esa montaña los Jaqui nuna –seres con alma- cuya misión es brillar ante la oscuridad que va envolviendo al mundo y despertar el alma de las demás personas.
A un Jaqui nuna se le reconoce por la mirada, que no es como ninguna, no en vano se dice que esta es el espejo del alma. Así que presta mucha atención, puede ser que haya uno cerca y si se cruzara en tu camino, abre los ojos y permítele ayudarte a despertar.
Miguel
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