lunes, 13 de septiembre de 2010

Lamentos, confesiones, despedidas

Tenía las defensas bajas pero la maldita artillería en automático. No me di cuenta que mientras pedía ayuda disparaba misiles en todas direcciones. Lamento mucho haberte herido.

Hoy te extrañé, hoy deseé pasar mucho tiempo de mi vida a tu lado, hoy dije que te amaba. Hoy mentí disque en honor al amor antes mencionado, y en honor a ese amor confesé la verdad, aunque tal vez fue por mi subconsciente reacio a la culpa.

Dejando a un lado el “mea culpa” diré con toda la sinceridad que creo tener, que todo esto no es justo. Aquello no amerita la dedición tomada, que dicho sea de paso, tiene sabor a desenlace premeditado. No, no es justo.

Hoy descubrí que no te habías dado cuenta, pese a todo, que no soy el ideal de compañero. “Eres tan inteligente, eres tan lindo, eres tan bueno, eres tan…” decías; yo sonreía embelezado porque creía que veías la esencia que hoy dudo tener. Lamentablemente soy medio bruto, algo espantoso, eventualmente maquiavélico y demás.

Hoy quise ser escuchado…no me sentí así.

En cierta forma me he sentido con derecho a ser vengado y yo mismo me encargué de hacerlo, cada día menos debo confesar. Desearía tanto que resistas y luches como lo hice en su momento, pero bueno pensar así es cojudamente infantil, lo se.

Me pregunto si alguna vez me ocultaste algo para no arruinar un momento feliz…

Hoy tuve miedo de ver las sonrisas y los “te quiero” de “ellos” convertidos en rostros de repulsión y palabras de rechazo…tuve miedo de no ser querido tal cual soy…curiosamente te lo dije.

“Miguel, ya no eres tu…” No estaba preparado para esas palabras, espacialmente si habían sido catapultadas desde la boca que deseaba besar; retumban en mi cabeza sabes… supongo que terminarán calmándose y arrimándose a lado del “Eres un cagón, es el peor cumpleaños de mi vida”, si las palabras del día en que necesité... no se que necesitaba.

No lamento haber cambiado, lamento que no puedas encontrarme a través de esto que tal vez sea ahora y que no me atrevo a adjetivar. O mejor dicho que no intentes, de verdad, verlo.

Lamento las buenas frases que salieron de bocas distintas a la tuya…

Quisiera correr a tu lado y decirte “por favor abriga mis manos”. Posiblemente lo harías y todo quedaría en el olvido, o fingiríamos que así es. Pero no.

Hoy soy un hielo, una fortaleza infranqueable en la que no entra nada… no pasan las bombas pero tampoco la comida y la medicina… Pero sabes, que sea sólo hasta hoy. Mañana quiero respirar hondo y derribar uno a uno mis muros.

Finalmente…Creo que nuestra historia acaba aquí. Me has visto tal cual soy ahora y lo que viste no te ha gustado. Debe ser una especie de ensayo para ocasiones futuras.

Te quiero, no estoy seguro si te amo, eres muy especial, extrañaré pensarte a mi lado cuidándome, y extrañaré mas, pensar que de alguna forma yo te cuidaba... pero(si, siempre hay un pero) te he lastimado y me has lastimado, vayamos pues a nuestros refugios y sanemos nuestras heridas.

FIN. Si, fin…

PD: Hoy sentí cosas en el pecho.

1 comentario:

  1. Para mí eres el negro y eso me gusta :)... No construyas muros, son falsos, se derreumban cuando más los necesitas, mejor haz paredes de ositos de goma, son coloridas y puedes atravesarlas cuando es necesario

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